Una Vida Sin Temor

Cuando tú complaces al Señor, El té protege de tus enemigos, y los hará estar en paz contigo (2Samuel  22:18; Salmos 18:3, 17;  Proverbios 16:7)   Jesús dijo que no temieras al Hombre o lo que él pudiera hacer contigo.   Sin embargo, temerle a Dios.  El cual tiene el poder de destruir el cuerpo y el alma (Mateo 10:28).    ¡Si, Dios pude destruir el alma del Hombre!

Cuando tú obedeces a Dios, al seguir sus sagrados caminos, así como Él los hace, tú estás haciendo su voluntad en la tierra de igual manera que es hecha en el cielo (Mateo 6:10).   Cuando tú obedeces a Dios, inmediatamente eres elegible para recibir todos los beneficios, que vienen después de servir al Creador de los cielos y la tierra.    Él te protegerá del hambre (de una gran escasez de alimento) y de la guerra. De la violencia y del ladrón (Job 5:20-27; Salmos 10:5; 91:7; 34:7; 33:19; Prov. 3:25-26).

Él te dará una larga vida y unos hijos saludables.  El Señor te protegerá de cualquier mal y enfermedad, si tu mantienes sus caminos (Salmos 12:7; 91:3; 103:3).   Tú haces esto al practicar justicia y honestidad en todos tus asuntos con la gente, así como hizo Abram (Gen. 18:19).    Dios te protegerá si aprendes y practicas lo que a Él le complace, y si enseñas los caminos del Señor a tus hijos (Efes. 5:10; 6:4; Col. 3:20).

Dios te ha dicho en Su palabra lo que es bueno, y como demostrarle amor (Miqueas 6:8; Zac.7:9-10; Mat.25:33-40; Prov.8:17).  El buscar a Dios, es haciendo el bien para El (Sal.14:1-3; 1Ped 3:11).  Haciendo lo bueno para El, es el servirle a Él.   Tú complaces a tu Padre celestial de la misma manera que complaces a tu padre terrenal – haciendo todo lo posible para obedecerlo y complacerlo.   

Solo mantente ocupado sirviendo a otros con bondad y caridad. 

Tus cumples los mandamientos de Dios y la ley real cuando practicas rectitud y justicia hacia tu prójimo, para complacer a Dios (2 Juan 6; 1 Juan 3:7; Santiago 2:8).   La ley no fue hecha para los justos, sino para los pecadores, porque los justos ya están cumpliendo con estos principios (1Tim. 1:8-10).   Cuando practicas la justicia cada día, al no jurar, mentir y decir palabras ofensivas, estás viviendo conforme a la Ley (Col. 3:8-9; Prov. 8:13).   Estas usando tu cuerpo como instrumento para la justicia (Rom.6:12-13, 19).   Tu destruyes las obras de la carne al hacer el bien para de Dios, y así no llevas acabó los deseos de la carne (Rom.8:12-13; Gal.5:16, 19-21).  Así, ya no estas bajo la ley sino bajo la gracia (Gal.5:18; Rom.6:14).   Así, y solo así, tendrás una vida libre de temor y culpabilidad – una vida llena de la paz de Dios, la cual sobrepasa cualquier entendimiento (Filip.4:7).